miércoles, 30 de enero de 2019

PERONÉ VASCULARIZADO PARA DEFECTO ÓSEO MANDIBULAR.






Fig 1. A. Tomografía mostrando lesión osea tumoral en mandíbula inferior. B. Pieza anatómica con diagnóstico anatomo-patológico de ameloblastoma (tumor benigno agresivo).


Falckson describió por primera vez el ameloblastoma en 1879 y Guzak refirió un tumor similar en 1826; sin embargo, no fue hasta 1968 cuando Brocca describió un tumor al que nombra ameloblastoma. Es un tumor odontogénico benigno de origen epitelial con estroma fibroso maduro sin ecto-mesénquima odontogénico. Se define como un tumor localmente agresivo e infiltrante con alta capacidad de recidiva. Representa entre 11 y 13% de los tumores odontogénicos mandibulares y 1% de los tumores y quistes maxilo-mandibulares. De crecimiento lento, es más frecuente entre los 35 y 45 años de edad; no tiene predilección por sexo. Se localiza con más frecuencia a nivel de la mandíbula con respecto al maxilar, el ángulo y la rama mandibular junto al       área de los terceros molares son las localizaciones más afectadas. Radiográficamente se presentan como procesos osteolíticos con aspecto unilocular o multilocular y en general se observa imagen bien definida con abombamiento de corticales y rizólisis.
Se distinguen histológicamente cinco tipos: folicular, desmoplásico, acantomatoso, plexiforme y de células basales.




Fig 2. A. Vista lateral de la resección tumoral y fijación con una placa de titanio. B. Vista anterior del peroné vascularizado adosado a la placa y a la mandibula proximal y distal.


La mandíbula no reconstruida tiende a la retrusión y desviación hacia el lado de la resección. Existe un cambio en los movimientos mandibulares en los cuales los movimientos previos verticales son reemplazados por movimientos oblicuos o diagonales controlados por una sola articulación temporomandibular. Se presenta también una limitación en la movilidad y fuerza lingual, además del trastorno de la sensibilidad propioceptiva dada por el nervio dentario inferior.
Se han empleado injertos óseos como alternativa de reconstrucción de defectos óseos mandibulares iguales o menores a 4 cm, ya sean congénitos, por traumatismos, secuelas oncológicas e infecciosas, los cuales tienen como finalidad restablecer la integridad anatómica y funcional de una estructura ósea alterada. Al igual que se han estudiado diversos materiales implantológicos, sin embargo, estos no poseen la capacidad natural de inducir el proceso de regeneración ósea, haciendo de ellos unos materiales biocompatibles pero inertes, ya que no sustituyen las características óseas.


Es así que para defectos mandibulares mayores a 4 cm, se requiere idealmente de una estructura ósea autóloga con vascularidad propia para disminuir al mínimo la reabsorción ósea y hacer más fácil al osteoinducción del área a reconstruir. El colgajo de peroné fue descrito inicialmente por Taylor en 1975. Gilbert, en 1979, introdujo un abordaje lateral más simple en la pierna, siendo el que se utiliza hoy en día. En 1988, Hidalgo comienza a utilizar este colgajo para reconstrucción mandibular. Así es como desde esa época, se utiliza este colgajo como una de las principales técnicas reconstructivas mandibulares.
El colgajo libre de peroné ofrece grandes ventajas para la reconstrucción mandibular. Una de las más importantes es la longitud de hueso que nos otorga, aportando un mínimo de 4 cm y un máximo de 25 cm. Es posible incorporar al segmento óseo una isla de piel para reconstruir el defecto de partes blandas de la cavidad oral. La piel de la región, recibe irrigación por ramas septocutáneas y musculocutáneas de la arteria peronea; las cuales suelen ser entre 4 y 7, siendo los vasos musculocutáneos más numerosos a nivel proximal y las ramas septocutáneas a nivel distal. La morbilidad es mínima en la zona donante.



Foto 1

Disección y levantamiento de un hueso peroné con su arteria y vena para trasplante en la mandíbula con técnica micro vascular
En foto 1,  Dr. Sid Mohamed, cirujano buco maxilo facial acompañado del Dr. Marco Yánez, cirujano de mano y micro cirujano durante la cirugía.


En este reporte se presenta el caso de un paciente adulto joven, al que se le realizó una hemi -mandibulectomía, seguida de la reconstrucción del defecto óseo con una placa preformada de titanio y un autoinjerto vascularizado de peroné con técnica microvascular. El paciente se encuentra en buen estado y en espera del siguiente tiempo quirúrgico para la restauración de sus piezas dentarias.

Es importante resaltar que el equipo multidisciplinario es fundamental para el tratamiento de estas condiciones donde el detalle en el tratamiento representar una diferencia en el resultado final.

Dr. Marco Yánez











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